lunes, 21 de febrero de 2011

La procesión de los niños.

21/02/2011

Hoy no traigo poesía sino palabras para presentar una situación que me parece del todo injusta y en contra de nuestra querida semana santa burgalesa, una situación que lejos de acercarnos al interés turístico nacional nos aleja del regional que ya conseguimos, una situación que aleja al futuro de nuestra semana santa, porque recordemos que los niños son el futuro y si no los dejamos participar estamos condenando nuestra semana santa a la desaparición.


Foto de http://joyasdecastillayleon.nortecastilla.es/

Soy una cofrade convencida, me encanta la semana santa de mi ciudad y me gustaría que fuera cada vez mejor y más grande. Es por ello por lo que querría que la semana santa fuera un campo abierto para que los más pequeños se acerquen a nuestras tradiciones y al ejemplo de vida de Jesús.

Pero para mi horror cada vez veo más como los encargados de orquestar nuestra amada semana santa unicamente toman decisiones en las que no cuentan con el pueblo ni con los niños, en las que no se cuenta con lo que las personas puedan pensar, ni con el capirote de cirio, el que tiene que recorrer las procesiones pero también es una persona que necesita comer.

Os preguntaréis que a qué viene esto y os responderé. Nuestra Junta de Semana Santa (el equivalente burgalés al consejo de hermandades sevillano) ha estado pensando como mejorar la procesión de nuestra querida borriquilla, la del domingo de ramos por la mañana. Desde que tengo uso de razón la procesión se realizaba tras la misa en la iglesia de San Lorenzo, a partir de ahí todos los niños burgaleses disfrutabamos con el camino de la borriquilla y cuando llegaba a la catedral todos esperábamos que nuestro arzobispo dijese aquella bella y añorada frase de: "Agitad vuestros ramos".

Hace unos pocos años, de hecho hará tres años o cuatro a lo sumo, (hay que tener en cuenta que la procesión de la borriquilla cuenta con más de sesenta años de historia, salió por primera vez en 1949) se cambió la misa en San Lorenzo por una en la plaza del Rey San Fernando (plaza junto a la Catedral) que partía la procesión por la mitad, eso hizo que el número de gente que iba a verla a la ida disminuyera, así como el número de niños que participaba en la procesión cayera aproximadamente en un 80%. Tenemos que tener en cuenta que la misa que el arzobispo se empeña en ofrecer en medio de la procesión dura aproximadamente hora y media, y que los niños pequeños no son capaces de aguantar eso. Por otro lado muchas hermandades y cofradías participan en las procesiones de sus parroquias o de sus corporaciones.

Este año nuestra Junta de semana Santa ha tenido la siguiente idea, la procesión partirá de san Lorenzo a las 12,00 h. (hora a la que el año pasado tenía lugar la eucaristía en la plaza) y el recorrido será: calle San Lorenzo, calle San Juan, calle Santander, plaza Mio Cid, paseo del Espolón, arco de Santa María, plaza del Rey San Fernando. La idea es que una vez se llegue alí tenga lugar la consabida misa de hora y media, la cual empezaría a las 13,30 h. con lo que terminaría a eso de las 15,00 h. En principio allí terminaría la procesión y cada uno se iría a su parroquia, y ahora me digo yo: ¿Cómo va a volver la Borriquilla a San Lorenzo sin nadie? ¿Cómo van a participar los niños en la procesión si comen a la hora que comienza la misa? ¿Cómo van a participar los padres de los niños si tienen que darlos de comer? ¿Quién va a quedarse a esa eucaristía si ha participado en la de su parroquia o hermandad? ¿Van a poder los cofrades de San Lorenzo poder comer a una hora decente o van a tener que merendar con el permiso de la junta de semana santa? ¿Va entrar la borriquilla sin una banda que le toque el himno o la marcha real porque se hayan ido todos al supuestamente finalizar la procesión en la Catedral?

Demasiadas cuestiones que no deberían haber surgido nunca, no entiendo como la junta que representa a las cofradías burgalesas ha podido llegar a esas decisiones, sinceramente apoyaré a mis amigos y hermanos de la Cofradía de la Coronación de Espinas y Cristo Rey que no merecen este trato, pero también diré que esto debe dar un giro por el bien de los burgaleses y por la grandeza de su semana santa. Giro en el que también deberían pensar en poner un cartel que represente a la semana santa y no al arte sacro que atesora nuestras iglesias y un pregonero que conozca la semana santa de Burgos y no tan solo que sea famoso y no sepa de lo que habla.

Sin más me despido, siento haber sido extremadamente vehemente en mis palabras, este texto ha sido profundamente meditado y en él expreso mi opinión y no la de otros a los cuales invito a dejar en sus comentarios.

Saludos.

Trompeta-sangre.

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