Nos han descubierto que el cartel llevará Tu sublime belleza.
que se desliza hacia abajo
hasta atravesar el alma
del que camina a Tu lado.
Qué bellas son Tus mejillas
de espanto ruborizadas
las que a Tu níveo rostro
dan la vida que le falta.
Qué suaves labios de fresalos
que a Tu rostro se asoman
que acompañan al pecador
llevándole siempre Tu aroma.
Qué bella luce Tu cara
que de blonda es rodeada
entre cascada de gasas
que en Tu mirada resbalan.
Cuán firmes Tus suaves manos
recogedoras de almas.
De flores y de pañuelos,
de mil besos y miradas.
Cómo de dulces las cejas
que cobijan Tu mirada
que se alargan en oscuro
en la blanca tez de mi alma.
Qué dulzura Madre Mía
el caminar a Tu lado
y así poder descubrir
que la Gracia está en tu Amparo.
Saludos.
Trompeta-sangre.
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